25 de septiembre de 2010

Primarias y democracia interna

No hace mucho sacaban pecho los socialistas por las primarias orgullosos de descubrir una democracia interna, tan ajena a una ideología de izquierdas como un forúnculo, tradicionalmente partidarios del pensamiento único, la cheka y la represión de la disidencia. Y hete aquí que esa tradición gloriosa de la izquierda española, legado centenario sin duda alguna, hace aparición una vez más en todo su esplendor, ¡y en la capital de España nada menos!, el pucherazo, la trampa, el engaño... la mentira.

Ansiosos y hambrientos de poder y derrota se lanzan como alimañas en pos del cadáver de la democracia para mancillar una vez más su significado. Claro que si fueron capaces de hacer lo que hicieron en la jornada de reflexión de los comicios del 2004, saltándose la ley a la torera, y si Zapatero hace lo que hace como presidente del gobierno mintiendo más que habla, ¿qué no serán capaces de hacer en algo que a fin de cuentas no es más que una cuestión interna y privada de ellos?... si no hay muertos es porque el Dr. Montes no anda por ahí "curando" heridas de urgencia.

El caso es que mientras deshojan la margarita a degüello para ver quién va a ser el baranda de turno en Madrid y el ciudadano asiste hastiado al espectáculo de las puñaladas sonrientes, nos seguimos preguntando todos qué se hizo de la democracia interna de los partidos políticos consagrada por la constitución.

Mientras España ha realizado mal que bien una transición, los partidos políticos siguen anclados en un caudillismo y unas maneras que, parafraseando a Romanones, se puede decir aquello de ¡Joder, qué tropa!. Somos muchos los que pedimos listas abiertas para disfrutar en España de una democracia real y no de esta partitocracia ajena a la realidad del pais y a las necesidades de sus ciudadanos, y también somos muchos los que vemos que sin una democracia interna real, ejercida con todos sus derechos y garantías, los partidos políticos en España seguirán ajenos a los anhelos y necesidades de los ciudadanos, y seguirán formando cuadros políticos clientelares, incultos y egoístas.
¡Democracia interna y listas abiertas YA!

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