6 de septiembre de 2010

¿Tontos útiles o malvados peligrosos?



829 asesinados, 84 secuestrados, 8 mal llamadas treguas -siempre tramposas-, decenas de heridos, familias destrozadas, exilio de ciudadanos... Dolor y muerte. 50 años ya y un gobierno cainita o imbécil, o ambas cosas a la vez que no es cuestión de quitarle méritos a nadie, empeñado en hacer de la infamia su leitmotiv para colgarse unas malditas medallas sangrientas aupados sobre un podio construido a base de cadáveres de compatriotas, de ciudadanos españoles asesinados vilmente por la ETA. Como si de un vals se tratara, de un pas de deux macabro e indigno de un gobierno que como tal se precie, un domingo los de la ETA, disfrazados de Ku Klux Klan entxapelado, anuncian que dejan de asesinar hasta que le dé la gana y el lunes -¡Mire usted qué casualidad!- el gobierno retira a docenas de protegidos en la Comunidad Autónoma Vasca y en la Comunidad Foral de Navarra la protección asignada.
Si en el pasado Rubalcaba nos intentó convencer de que el GAL no existía y luego de que su gobierno no tenía nada que ver con ello, y posteriormente el 11 de marzo del 2004 que no nos merecíamos un gobierno que mintiera -cosa a la que le doy toda la razón- y de que era un atentado islamista -todavía lo único que se sabe a ciencia cierta es que la versión oficial del gobierno socialista no es lo que sucedió en realidad-, por no hablar de que cada vez que detiene a un etarra nos intenta convencer de que ha detenido a la cúpula de la ETA -que por lo visto tiene más cúpulas que la mezquita de Sta. Sofía en Estambul- ¿Ahora de qué nos va a intentar convencer? ¿Cuál es la moto? ¿De que no necesitan protección los políticos en el País Vasco y en Navarra? ¿Es que la ETA es buena ahora?
Que todos sepamos tanto la ETA como toda la chusma satélite que baila la danza de la muerte a su alrededor no se han disuelto, y que digan que no van a asesinar ahora no significa que no lo vayan a hacer después, por no hablar de que la recogida de información, tráfico de drogas, armas, chantaje, etc. van a continuar como ya pasó en las anteriores ocasiones en las que estos canallas disfrazados de fantasmas con txapela dijeron que se tomaban unas vacaciones. ¿Tomarse vacaciones? ¡Ja! Tomarnos el pelo a los ciudadanos con la ayuda de gobiernos colaboracionistas como el de Zapatero, que suma una infamia tras otra en una absurda huida hacia un terrible precipicio por el que, si ya hemos caído, él nos quiere patear hasta el fondo.
A lo largo de la historia de los conflictos, guerras y situaciones violentas, han quedado dos cosas sangrientamente claras y demostradas, una que con terroristas no se negocia -un principio básico que fortalece al país frente al chantaje de los canallas- y la otra que la única forma efectiva y definitiva de terminar con esas alimañas es detenerlos -a ser posible con vida-, someterlos a juicio y encarcelarlos -para toda su miserable vida si es preciso-. Cualquier otra cosa, cualquier otra forma de afrontar la defensa de la sociedad frente a semejantes desalmados que se aparte de esta dos premisas está abocada al más miserable de los fracasos que pueda darse, que no es otro que la perpetuación de la violencia. Y no es casual que en el único país de Europa y del mundo occidental desarrollado en el que se siga dando la lacra del terrorismo sea en España. Un país en el que ha gobernado el PSOE, el partido en el que milita Zapatero, durante veinte años. ¿Casualidad o causalidad?
Eguiguren estará contento, él siempre tan dispuesto a negociar con la ETA, y máxime cuando se oye ruido de que se cuela el segundo vasco -Jáuregui- en el gobierno tras la entrada en el pasado del Hermanistro Gabilondo. De este modo con vascos en el gobierno y la negociación con la ETA -con la nueva tregua trampa-, Patxi López, casado a regañadientes con la fea del PP, espera rebañar votos en la izquierda vasca y n todos los tonto útiles que se presten a ello para poderse divorciar y realizar lo que siempre han hecho y ansiado, unir el nacionalismo y el socialismo -nacionalsocialismo- en un gobierno que si bien no dure mil años, como pretendía aquel otro nacionalsocialista llamado Hitler, sí que por lo menos intente durar otras mil víctimas de la ETA.
¿Cuánta sangre nos van a costar los Presupuestos Generales del Estado? ¿Cuánta sangre va a costar el ansia de poder de los políticos? España no es que no se merezca un gobierno que mienta, es que no se merece ni este gobierno ni estos políticos. El único país occidental desarrollado con más de un 20% de paro y que sufre el acoso de las alimañas terroristas. Necesitamos un cambio.

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