Aunque esta noche duerma,
el químico que vigila,
mi sueño no inquieta
porque tengo la conciencia tranquila.
En cambio Gabilondo se apena,
de facción contrita,
quizás consuelo pida
a su amigo Sopena,
le cambian el púlpito
para su diaria homilía,
¡¡Quién te ve Gabilondo,
el de los terroristas suicidas!!
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