En época de crisis los datos de los presupuestos, tanto del Reino de España como de la Unión Europea, son un insulto a los millones de parados y contribuyentes. En ambos casos no sólo crecen sino que refuerzan una estructura caduca y parasitaria incapaz de generar nada salvo pobreza y miseria.
Crece el hiperestado europeo y crece hiperestado español (autonomías y municipios incluidos). Y mientras los ciudadanos pasan la peor época desde la II Guerra Mundial, los políticos socialdemócratas de todo pelaje, desde izquierda a derecha, pasan sin duda uno de los mejores momentos de su historia, con los estados más poderosos que haya habido jamás, más confiscatorios y violentos, y los ciudadanos con menos libertades individuales y menos derechos civiles que nunca.
Y lo peor de todo es que lejos de rectificar y adoptar medidas de austeridad reales, adelgazando las diferentes estructuras estatales y acabando con los múltiples privilegios de nuestra casta política parasitaria, los dirigentes políticos apuestan por más medidas que refuerzan a las que nos han traído hasta aquí jaleados por un pesebre tan traidor a sus semejantes como canalla.
¿Cómo vamos a salir de este desastre si nos gobierna la misma clase privilegiada que nos ha metido en él? Sólo un partido extraparlamentario nuevo, con unas ideas renovadoras encaminadas a terminar con los privilegios regenerando la vida política en España, con ideas de igualdad, justicia y separación de poderes real, puede liderar junto a los españoles la salida de la crisis y garantizar la tan ansiada estabilidad.
Mientras tanto seguiremos sumidos en el mismo fango para siempre... aunque a veces limpien un poco la cochiquera.
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