Pero este hastío no debe ser óbice para criticar y comentar uno de los aspectos más ominosos de las organizaciones sindicales. El del terrorismo sindical callejero.
Comercio de niños salvajemente atacado. Observen la expresión de la mujer. |
Con unas técnicas y tácticas empleadas por los nazis vascos de la ETA desde hace décadas, los sindicatos desplegaron ayer a sus alimañas terroristas por la calle para amedrentar a los españoles, que con rasgos de valentía, y en este momento pienso en la mujer que no se levantaba de su mesa en la cafetería o en aquella otra que se encaraba a estas malas bestias en la puerta del local, los ignoraron abiertamente ante su propio estupor en no pocas ocasiones. Y por cierto, mi apoyo y ánimo al hostelero que salió al rescate de unos clientes que querían acceder a su habitación del hotel y que defendió su negocio y libertad frente a una turba de terroristas sindicales de más de 150 ¿personas?. Lo raro es que en esta visceral España, y demuestra el alienamiento social junto a una cierta altura moral, nadie cogiera una del 12 para informar debidamente a los canallas asaltantes de que las intentaban segar verdes.
Barricadas de fuego. |
Desgraciadamente, estas actitudes tan valientes como democráticas de los ciudadanos en defensa de sus derechos y libertades, lejos de hacer reflexionar a los sindicalistas los animaba a entrar en una espiral de violencia ya demasiado vista en situaciones semejantes en el País Vasco. TERRORISMO SINDICAL CALLEJERO. Todavía no lo han condenado los sindicatos.
Y todo esto nos lleva a la reivindicación fundamental por lo sucedido, y que desde hace años se viene pidiendo. En España necesitamos una ley de huelga que la regule convenientemente, protegiendo los derechos de los ciudadanos en general y de los huelguistas en particular, de manera que la policia pueda actuar independientemente del color político del baranda de turno, y que los piquetes mal llamados informativos sean prohibidos para garantizar la plenitud de derechos y libertades (lo poco que tenemos) en el día de la convocatoria. De la misma manera que en el día de las elecciones se prohibe la propaganda, cuando se convoca huelga la información y el llamamiento a la misma se deben realizar hasta el día previo. Punto. Luego recojes lo que has sembrado.
Hotel Puerta Camino en Navarra. |
Es urgente terminar con el terrorismo sindical callejero y con el pesebre, que a costa del sudor y la sangre de los españoles, mantiene a los sindicatos.
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